El joven de 19 años acusado por el ataque ocurrido el 9 de junio en Polonia y Ortiz de Zárate presentó pruebas de que no estuvo en el lugar y dio su versión de los hechos al fiscal Leandro Arévalo. Su abogado pidió que lo liberen.
Claudio “Pirulo” Altamiranda se declaró inocente en el marco de la causa por el ataque que derivó en la muerte de Gabriel Armayo, ocurrido el 9 de junio en Polonia y Ortiz de Zárate, y podría ser liberado en las próximas horas luego de que la Justicia analice las pruebas presentadas por la defensa.
Después de negarse a dar su versión de los hechos cuando fue detenido, el 16 de junio, finalmente Altamiranda decidió aceptar la indagatoria del fiscal Leandro Arévalo. En ese marco, contó que conoce a las personas que atacaron Armayo para robarle su motocicleta cuando volvía de trabajar pero que aclaró que no estuvo en el lugar del asalto esa noche.
Además de su declaración, Altamiranda entregó pruebas y testimonios de vecinos de la zona que ratificarían sus dichos. Lo hizo a través de su abogado, Mauricio Varela, mientras en la puerta de Tribunales un grupo de familiares y allegados le manifestaba su apoyo y reclamaba su liberación con carteles y pancartas.
Ahora, el fiscal Arévalo analizará el material recibido y lo cotejará con la documentación reunida hasta ahora para determinar si efectivamente Altamiranda continúa imputado en la causa o deja de estar incriminado en el homicidio de Armayo.
El ataque contra Gabriel Armayo se produjo el martes 9 de junio a la noche, cuando el hombre regresaba en motocicleta a su vivienda, procedente de su trabajo en una casa de comidas del centro. Al llegar al cruce entre Polonia y Ortiz de Zárate, fue interceptado por una patota que quiso robarle y cayó del vehículo.
En ese momento, los delincuentes lo golpearon, pero por los gritos y los ruidos varios vecinos salieron de sus inmuebles y ayudaron a la víctima, lo que motivó la fuga de los asaltantes sin botín alguno.
Por sus propios medios, Armayo fue hasta el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), donde los médicos le detectaron un severo traumatismo de cráneo y decidieron realizarle una operación de urgencia. El domingo siguiente, y luego de haber estado internado unas 100 horas, Amayo falleció.
En tanto, Altamiranda fue detenido el lunes 15 de junio en un allanamiento en Hernandarias al 8100, luego de que un vecino mencionara su apodo al ser entrevistado por la policía. Según dijeron fuentes del caso a LA CAPITAL, el hombre reconoció a “Pirulo” como parte de un grupo de personas que cometió otros hechos delictivos anteriores en la misma zona de la ciudad.
Sin embargo, Altamiranda no tiene antecedentes delictivos y al declarar ante Arévalo explicó que conoce a los autores del crimen de Armayo -entre los que habría menores conforme se enteró por dichos de otros habitantes del barrio- pero que la noche en la que se produjo el ataque contra la víctima no estuvo con ellos porque se encontraba en su casa. Ahora, la Justicia deberá comprobar sus dichos y determinar cómo continúa la situación procesal.